Por un momento volvamos la vista unos años atrás,
concretamente al verano de 1990. Imagínense la España profunda, una pedanía
perteneciente a la provincia de Badajoz. Una familia de cuatro hermanos de
mediana edad, afincados prácticamente toda la vida en el pueblo que les vio
crecer, Puerto Hurraco.
La historia de la familia Izquierdo se remonta 30 años atrás
de aquel sin sentido verano. Seis eran los hermanos por aquel entonces quienes
con sus padres se habían trasladado a aquel pequeño pueblo.
Todo comienza por desavenencias en torno a unas lindes, un
desacuerdo entre el cabeza de los Izquierdo y el abuelo de otra familia
conocida en la pedanía, los Cabanillas. Este conflicto, que tan corriente ha
sido y es en nuestro país, sería solo el origen y donde el delirio de estos
hermanos se asentaría.
Sin importarles mucho el desentendimiento entre su familia y
la de los Cabanillas, Luciana, la hermana mayor de los Izquierdo, y Amadeo
Cabanillas vivieron una historia de amor que no acabaría como Luciana hubiese
deseado, ya que finalmente el hombre declina contraer nupcias con ella, algo más
que añadir al cajón de odio de la familia Izquierdo. Un repunte personal que
acabaría por despertar y contagiar un odio desmesurado entre los cuatro
hermanos protagonistas de esta masacre. Poco tiempo después de esta renuncia, Amadeo
es asesinado a manos de Jerónimo Izquierdo, 14 puñaladas totalmente
innecesarias para causarle la muerte.
Tantos años después como puñaladas, Jerónimo sale de prisión
y vuelve a vengar a su familia hiriendo de gravedad a otro miembro de los
Cabanillas. Venganza motivada por la muerte de su madre en el incendio de la
casa familiar causado dos años atrás.
Todo lo que rodeaba a los Izquierdo era suspicacia hacia los
demás, una desconfianza generada a raíz de aquellas desavenencias que poco
tenían que ver con el resto de la familia. A todo ello había que sumarle la
poca o inexistente cultura de la que carecían los hermanos. Sus relaciones
interpersonales eran prácticamente nulas, limitándose en exclusiva a un círculo
familiar absolutamente tóxico.
¿Pero era un recelo todos al unísono o había un perfil o
mente impulsora detrás que instigaba y aumentaba aún más rencor si cabía?
Si lo había, el perfil tenía nombre propio, Luciana
Izquierdo. Una mujer de poco atractivo físico y con una vida limitada a su
familia exceptuando un gran fracaso sentimental. Era para ella tan importante
un futuro con aquel hombre que el despecho y resentimiento se habían convertido
en el día a día de la mujer, una obsesión que le llevaría a convencer a sus
hermanos del mal que le había causado Amadeo, hasta tal punto que su fracaso
emocional sería también un fracaso para el resto de los hermanos.
Estaríamos hablando de un trastorno psicótico compartido o folie à deux, teniendo origen en Luciana como la figura más fuerte de todos los
hermanos, la que posiblemente manejaba todos los hilos, y ellos como marionetas
se movían a su antojo. Este trastorno se caracteriza por la transmisión de delirios
de una persona a otra, y suele darse con más frecuencia en aquellas personas
que conviven durante un largo periodo de tiempo de manera prácticamente aislada
y ajena al resto de la sociedad, normalmente en familiares que viven en dicha
situación. Los hermanos Izquierdo convivían todos en la casa familiar, eran los
cuatro hermanos solteros y apenas se relacionaban con el resto de vecinos. Los enfrentamientos
de lindes que su progenitor tuvo con los Cabanillas eran la antesala a la idea
delirante que Luciana empezaría a desarrollar tras ser rechazada por un miembro
de aquella familia.
Estamos hablando de una familia con un bajo nivel cultural e
intelectual que bien podrían ser los agentes facilitadores para derivar en un
trastorno de este tipo. Por usar algún término, los inducidos tienen una
personalidad sugestionable que en gran medida vendría originada por esa
carencia cultural.
Por toda esa obsesión confabulada, la noche del 26 de agosto
de 1990, los varones de la familia Izquierdo decidieron urdir una venganza en
su pueblo, a aquel pueblo que, según la creencia de estos hermanos, le había
dado muerte a su madre seis años atrás en el tiempo.
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| Momento de la detención de los Izquierdo |
Creían que por fin habían comenzado a saldar su sufrimiento,
el sufrimiento que durante 30 años les había convencido de que habían sido
víctimas de un pueblo que más tarde los convertiría en verdugos, el sufrimiento
de Luciana.
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| Enlace a entrevista a Ángela y Luciana. Fuente Antena3. |



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